El Paso Morning Times (El Paso, Tex.), Vol. 38TH YEAR, Ed. 1, Monday, October 1, 1917 Page: 4 of 4
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CUATRO
. EL PASO MORNING TIMES. EL PASO. TEXAS. I
1 Pagina Amena para Todos !
Caria de Francia
Por lea tierras rstfjaisaeadssi
En I pueblo de la Fontaine.
Von Kluck. . . Cuánto tiem-
po hace que yo no escuchaba
eete nombre ayer popular ayer
mundial ayer legendario y hoy
ya casi tan remoto como el de
lo héroes de guerras anti-
guas! . . . Von Kluck ... Por
a qui pasó según me asegura mi
guía; aquí estuvo con sus tro-
pas aquí dejó su Estado Ma-
yor. . . Aquí casi puede decir-
se que se mostró caballeroso y
clemente. Sus oficiales qua
permanecieron en este mismo
castilla durante una semana no
pensaron sino en comer y en
beber. Uno de ellos que ha-
bla vivido antes en la ciudad
y que conocía a todas las fa-
milias ricas llamó a la puerta
una mañana de principios de
Septiembre y preguntó al jar-
dinero si la vieja Fany estaba
siempre en la cocina.
Siempre contestó el jar-
dinera. Ah. muy bien clamó el
hulano frotándose las manos
de alegría . En ese caso no
tienen ustedes nada que temer.
Lo único que pedimos es que
la famosa Fany se encargue de
hacernos nuestra comida. Aún
me acuerdo de un admirable
"ragout" que aderezó el año
pasado la última vez que su
amo me invitó a cenar. . . Es
una maestra la buena Fany. . .
Vaya usted a decirla que el ba-
rón von Stein que antes era
viajante en cobres de arte y
que ahora es coronel de S. M.
el káiser desea saludarla. .
Después de repetirme este
noble discurso mi "cicerone"
me asegura que desde el 3 has-
ta el 9 o sea durante toda la
ocupación prusiana le Chateau-Thierry
los oficiales de
on Kluck no pensaron sino en
saborear los platos da la tfa
Fany y en cantar coplas fran-
cesas bajo estos árboles secula-
res. Ella los domesticó mur-
mura con una sonrisa socarro-
pal salió al encuentro del jefe
dé los invasores . para pedirle
que respetara los bienes y las
vidas el militar tudesco que
era una especie de Phortos ru-
bio exclamó:
lAhl Ahl. . . Ya tenéis
miedo!. . .
El funcionario se echó a reír.
Miado dijo . En esta
ciudad ni las liebres tienen mie-
do. . .
Así me gusta.
Luégo el Estado Mayor vi-
no a instalarse en esta casa que
la gente llama castillo y que
ea en realidad una suntuosa
villa edificada por un rico in-
dustrial en medio de un parque
antiguo. Y aquí graciras a la
cocina de Fany gracias a loa
antiguo. Y aquf gracias a 'n
la suavidad irónica y socarro-
na del pueblo los soldados no
se arrojaron a la matanza; se
convirtieron en pacíficos rebus-
cadores. ' Los buenos burgueses
los vsfan llenar sus maletas de
bibelots de cubiertos de plata
de adornos femeninos y son-
reían. "Mientras no se atre-
van a entrar en la vivienda de
La Fontaine decían todos
que hagan lo que quieran."
Porque aquí la religión local es
el culto al gran poeta y el 'más
venerado santuario es la vieja
casa solariega casa en que se
conservan los libros los pape-
les las estampas los tinteros y
las plumea del glorioso "bon-
homme." Quiere usted un conse-
jo) murmuró el funcionario al
oído del comandante de la pla-
ca. Preferiría un jamón y unas
cuantas botellas de borgoña
contestó el germano.
Para todo hay tiempo.
Pues venga el consejo.
Que no ae les ocurra a loa
soldados penetrar en el Museo
de La Fontaine si desea usted
vivir en paz.
Phortos se puso aerio.
los soldados
delante y un gallinero detrás"
nosotros también queríamos
descubrir el torreón en el cual
soñaba y se abanta la gran mu
sa de La Fontaine. En toda
la calle no se encuentra una so-
la torre. Las casas con sua
ventanas cuadradas y sua por-
talones obscuros parecen vi-
viendas de canónigos. Pero
balconcillo florido como aquel
en que la dama melancólica es-
peró en vano durante años y
años el regreso definitivo del
duque de Bouillon no hay nin-
guno. Cest bien la province fran-
chise murmura melancólica-
mente mi guía.
En realidad as una aparición
encantadora de la antigua
Francia con su gravedad dis
creta y risueña con su calma
algo monótona con su elegan-
cia un poco gris con su amor
de las líneas puras de las ba-
laustradas cubiertas de hiedra y
de los nobles enrejados con su
silencio que no es nunca tétri-
co que no es nunca completo
que está lleno de rumores ga-
lantes que suben de loa. jardi-
nes y de melodías suaves que
se escapan por las ventanas con
su sentimiento de las gratas re-
verencias de las imágenes iró-
nicas y de las claras ambiciones
en fin . . . Y aquí esta apari-
ción se anima al recuerdo del
gran hombre que pasó su vida
entre estas piedras y que fué
con su gracia bonachona con
su espíritu sutil y burgués con
su urbanidad risueña con su
profundo ' sentido de la existen-
cia voluptuosa y tranquila la
encarnación verdadera del alma
franceses de antaño.
E. Gómez CARRILLO.
Julio de 1917.
EL DUELO DE DON QUI.
' JOTE.
Ella sin dud
"ragouts" . . . Pero también el
paisaje también el aire suave
noble y. galante del lugar. Tam-
bién la sombra de La Fontaine
que sigue errando por estos bos-
ques con su sonrisa burlona
glotona y bonachona. Hay
cuadros que no se prestan a la
tragedia. Una hecatombe en
estos parques señoriales que pa-
recen conservar el ritmo mali-
cioso de las viejas violas a cu-
yos acordes danzaban las ami-
gas del fabulista es una cosa
absurda. Una lucha en trajes
de seda y de encajes una lu-
cha de caballeros armados de
lanzas eso sí eso se compren-
de. Pero una matanza como
las actuales no. Las mismas
midas del viejo "chateau." que
tan formidables parecían a los
contemporáneos de Luis XIV
no resistían a un solo cañona-
zo de una pieza mediana. Na-
da o casi nada de malo hicie
ron en realidad los hombres de
Don Quijote maestro en la
locura razonable y en la subli-
me cordura tiene en su histo-
ria una página que aquí es ne
cesario recordar. Y habrá
Uue ; en el acción o concento que no
profanaran I entrañe un aisnificado inmortal
aquel templo de los recuerdos una enseñanza? Habrá pa-
I ocales parecíale muy justo ' so de los que dió por el mun-
Pero iy él . . . No podría él 'do que no equivalga a mil pa-
sólo visitar el Hogar del fabu-'sos hacia arriba hacia allí Won.
ella con sus i lista?. . . bra lustamente su au- de nuestro iuicio marra v nuea-
tor favorito. tra prudencia estorba . . . Van.
Usted sí contestóle el j cido don Quijote en singular
concejal. I contienda por el Caballero de
Y se fueron juntos al barrio la Blanca Luna queda obliga-
silencioso donde el "manoir" do según la tradición del de-
alza su torrecilla y juntos ad- safio a destituir nor cierto
miraron el orden claro de aquel tiempo de sus amenazas y dar
i i I i- Jl r J!. . '
menor nurgurs aei aompo ae . tregua a su pasión de eventu-
Luis XIV. Y al marcharse ras. Don Quitóte our hiihin-
emocionado el alemán dijo al ra deseado perder por el com-
rrances: .bate la vida acata el compro
Debe usted estar orgulloso miso de honor. Resuelto aun
de ser paisano de un poeta tan que no resignado toma el cu-
grande. Nuestro Gothe sabía mino de su aldea. "Cuando
sus fábulas de memoria. Yo era dice caballero andante
inuiuica... urevino y valiente con mu
Luégo. al encontrarse juntos obras y con mis manos acredi
en la calle come el alemán pa- taba mis hechos: v sKan man
recia buscar algo con la vista do soy escudero pedestre acre
cí francés preguntóle: I ditaré mis palabras cumpliendo
quiere usted ver otras la que di de mi promesa
"? Llega con Sancho al prado
Estoy tratando de descu- donde an otr kM.
brir el torreón de María da visto unos pastores dedicados
Mancim. . fot aquí debe en- a imitar la vida de la Arcadia
contrarse. puesto que La Fon- y allí una idea levanta al An-
taine podía desde su ventana mo del vencido caballero co-
von Kluck en Chateau-Thierry. ! saludar a su linda vecina... I mo fermento ! JCia-
r.n Chateau- J hierry no hubo na
Camelia
Cómo se llama? El corazón lo augura:
-elia Eulalia Clotilde algún prístino
nombre con muchas alea como un fino j
cristal todo vibrante de agua pura.
Se enciende en el claror da su blancura:
con diminuta llama un asesino
carmín. Su alma lili ni cuenta al Destino
románticas novelas de amargura.
En el vago perfil donde destella
au ojo negro y fatal asóla aquella
palidez; sus maneras son prolijas.
Como las de esas moribundas raras
que se cubren loa dedos de sortijas
y se desviven por las sedas claras.
LEOPOLDO LUGONES.
MAÑANA LOS POETAS
Mañana los poetas cantarán un divino
verso que -no logramos entonar loa de hoy;
nuevas constelaciones darán otro destino
a sus almas inquietas con un nueve temblor.
Mañana los poetas seguirán su camino
absortos en ignota y extraña floración
y al oír nuestro canto con desdén repentino
echarán a los vientos nuestra vieja ilusión.
Y todo será inútil y todo será en vano;
será el afán de siempre y el idéntico arcano
y la misma tiniebla dentro del corazón.
Y ante la eterna sombra que surge y se retira
recogerán del polvo la abandonadla lira
y cantarán con ella nuestra misma canción.
ENRIQUE GONZALEZZ MARTINEZ.
cataa eternos y famosos no só-
lo en loa presentes sino en loa
venideros siglos. . .' Entiendes
la trascendental belleza de este
cuerdo? La condena de
abandonar por cierto aspado
da tiempo su ideal de vida no
mueve a don Quijote ni a la
rebelión contra la obediencia
que le impone el honor ni a la
tristeza- quejunbroea y baldía.
Ni a conformarse en quietud
trivial y prosaica. Busca la
manera da dar a su existencia
nueva razón ideal. Convierte
al castigo de su vencimiento en
proporción de "gustar una poe-
sía y una hermosura nuevas.
Propende desde aquel punto a
la idealidad de la quietud co-
rno hasta entonces habla pro-
pendido a la idealidad da la
acción y la aventura. Dentro
de las condiciones en que el mal
hado le ha puesto quiere mos-
trar que el mal hado podrá ne-
garle un género de gloria el
preferido y ya en vías de lo
grarse; mas no podrá restañar
la vena ardiente que brota de
au alma anegándola de supe
riores anhelos; vena capaz siem
pre de encontrar o labrar el
cauce por donde tienda a su
fin entre las bajas realidades
del mundo.
José Enrique RODO.
TEJED EN GUIRNALDAS
Praecipitate moras volveres cingatia ut horas:
Nectite formosas mollis serta rosas.
D'ANNUNZZIO
La ruta es negra y breve . . . Medita peregrino
que ambulas en los antros dantescos da las penas ' :
sobre la voz panida del dístico leonino
y deja que en sus grupas te lleven las sirenas.
Ten matinal la risa y ten alegre el vino
para que grato encienda la sangra de tus venas.
Los nectarea del beso -te harán casi di Vino
cuando en tu boca estallen como laa uvas plana. '
1 La ruta ea negra . . . Rasga loa tenebrosos duelos
que apagan la infinita sonrisa de los cielos.
Y sécate las lágrimas amargas y furtivas.
La -ruta ea breve tienda las manos presurosas
y ciñe con guirnaldas de entreteiidas rosas
los cuellos de las horas que pasan fugitivas.
RAFAEL LOPEZ
LA GALERA SOMBRIA
Si deseas que pronto de tus mares se aleje -la
galera sombría que te trae las penas
ten paciencia y aguarda la paciencia ea el eje
moral y el gran secreto de laa almas setenas.
La paciencia hizo ar-mundo; lo rige la paciencia
el Arte es una larga pac:enca ( ? v el amor? )
la santidad más alta la más profunda ciencia
de una maravillosa paciencia ton la flor. . .
Se paciente y aguarda que fulgure tu día.
Sabes tú si las perlas de la santa alegría
conque sueñas anidan en las heces del vino?
Bebe todo tu cáliz. . . No hay bonanza tardía
ni existencia que acabe sin cumplir su destino. .
AMADO ÑERVO.
.y urnpurs ae ver por rue- lias. LMriffléndose a su acom- n
da verdaderamente grave nada ra la caes del poeta esta casa pafiante le hace proposición de Arcadia en al corazón de aque-
realmente trágico. Cuando en que él mismo describió dicien- que. mientras cumplen el plazo lia soledad humana. Allí les
sombre de lo sburgueses del do que era una bicoca cubier- de su forzoso retraimiento se darán "sombra los sauces olor
lugar un funcionario mumet- ta da teja con un jardincillo consagren ambos. I. wtA L. -le l J :i
- - 9mm mwmmt hihbwim lit mil c- t
Las Botas
Jerónimo Revuelta vive solo
cuidado por la vieja Francisca
en un elegante piso de la calle
de. . . Pero . a qué publicar
las señas de' su domicilio si nin-
guno de ustedes ha de ir a vi-
sitarlo? ... Y aso es preferi-
ble porque la visita resultaría
inútil. Revuelta no está en au
casa más que a las horas de
dormir y en tales momentos
Francisca no permito que aa la
moleste. Se mataría con cual-
quiera por no interrumpir el
descanso de su Jerónimo . . .
Francisca le ha visto nacer es-
tuvo en casa de sus padres has-
ta que' murieron y estará con él
mientras viva. . . No ha de
cuidarle corno un hijo? . . .Has-
ta le da consejos y le reprende
por la vida que hace ! . . .
(Tan malo es que necesite
rónimo se quita las demás pren-
das se lava cuidadosamente y
a dormir hasta que Dios quie-
ra! Ayer cuando ae estaba la-.
abrir ia puerta hablar en vox Ti
baja y por último la voz ex.
citada de su fiel sirvienta dis-
cutiendo con alguien. Sintió
curiosidad y . supo que era un
criado del piso de abajo que
a toda costa le quería dar un
recado urgente.
Déjale que pata.
Francisca cumplió la orden
refunfuñando y en seguida pe
netró en la estancia un hombre
aviejado más que viejo de tipo j
inconfundible el cual le dijo
Revuelta tímida y respetuosa
mente: :"
Perdone el señorito que le
p p . ' i I moleste ; pero me manas el ea
ANECDOTAS DE
PARTES.
TODAS
Hans von Bülow y Tchaikowski
Hans von Bülow el célebre
director de orquesta alemán.
are "Kapellmeister" de la Ope
ra real y de los conciertos sin-
fónicos de la corte de Berlín.
Una noche en que dirigía un
gran concierto clásico en la sala
de la pera el viejo emperador
Guillermo que se encontraba
en su palco con Bismarck y
Moltke se pona a hablar tan
fuerte que su voz domina com-
pletamente la orquesta.
Bülow mira en dirección al
palco para imponer silencio con
au mirada enfurecida.
El tempérador no lo mira y
prosigue su charla.
Bülow pierde la paciencia y
otras personas si la conocie-
ran no puede aer peor. Para
el -interesado y los de au cuer-
da es la -única razonable. . . .
Jerónimo Revuelta come an el
Casino en la Peña o donde ae
le antoja no ae priva de nin-
guna diversión; ae retira en in-
vierno a las tantas de la ma-
drugada y en esta época ya
bien entrado el di a . . . Vhre an
fin como lo que asi como un
hombre en plena juventud con
dinero abundante sin obliga-
ciones y sin preocupaciones pa-
ra el porvenir. lYa llegará el
memento de asentar la cabezal
Cuando encuentre la mujer so-
ñada y se case con ella y lea
cuidados de la familia le obli-
guen a encauzar su actividad y
su fortuna Mientras tanto
CP ara qué?
Jerónimo llega a an casa co-
tos días a laa ocho de la ma-
ñana sobre poco más o menos.
Ha estado con unos amigos en
la Bombilla en el Pardo en
el Retiro etc. etc. divirtién-
dose de lo lindo. Viene con
ganas de acostarse y a sus ha-
bitaciones se dirige inmediata'
menta sin oír el sermón de
Francisca. Lo primero que ha
golpeando sobra al atril hace
nftrnr Am nnln. la nnniHhl
El estupor invade la sala el después es quitarse las botas
mismo emnei-ador deia da ha-'y requerir las zapatillas nOTaue
Mar y mira hacia la orquesta " W nada para el descanso
que habla enmudecido en mitad aoJ cuerpo como el almo de los
de la sinfonía. i?- iZasl. . . allá va una
Aprovechando el silencio. DOta arrojada con fuerza como
Biilow levanta la batuta y em
pieza de nuevo la ejecución en
el punto donde la había inte-
mimpido. . 1
A penns terminada la parte.
el conde Hnlsen. intendente de sobre con meo. -IU. J I.
los teatros reales se dirige al j ere al iraeoíble director de ór-
ese enano. I quests.
Señor Bülow le dice Su I Era la dimisión de M. Bülow
Majestad desea saber por qué firmada por el emperador
si con el golpe se ia quisiera
castigar por las molestias pro-
porcionadasl . . . Zas!... laflá
va la otra!. . . En seguida Jo-
razón habéis interrumpido li
sinfonía.
Había ruido en ia sala.
Ruido?
Sí hablaban de una mane-
ra' insoportable; las voces" do-
minaban la orquesta y me era
imposible continuar.
Usted conoce las personas
que hadan ese ruido?
Perfectamente era en el
décimo palco de la derecha.
Pero ara él emperador!
iQué importa! Cuando
Beethoven tiene la palabra el
rabeles gaitas y albogues lores matizados los extendidos
prados aliento el aire claro y emperador debe callarse.
puro; luz la luna y laa estrella. El conde abandonó inmedia
a pesar da la obscuridad de la lamente la escena: vuelve al ea
noche; gusto el canto alegría bo de un cuarto de hora V en.
eHloro. Apolo versos el amor trega personalmente un gran liarse!
Algunos años más tarde una
aventura parecida tuvo el céle-
bre Tchaikowski que dirigía en
Petrograd' un concierto sinfó-
nico al que asistía el emperador
de Ruña.
El mariscal de la corte in-
tendenta de los teatros imperia-
les fué a informarse del por
qué de esa inexplicable inte-
rrupción. Se hada ruido y he crddo
entonces de mi deber obedecer
a la obligación impuesta a to-
dos los subditos de Su Majes-
tad ...
Cuál?
. . Cuando el emperador ha
via ei munao debe ca-
nor. . . ti vecino del princi
pal. . .
Y qué desea?
Pues. . . El señor está en.
formo. . . Muy enfermo!.
i No sabía! Y qué
tiene?
Nos molesta mucho raí
pondió el criado.
Y añadió un poco ruboroso
rectificando:
Nos molesta mucho verle
sufrir de esa manera. . . jEstá
neurasténico! . . . Todo le per-
turba le excita le hace pade-
cer . . . Y como usted lleva unos
días viniendo a estas horas y
se quita laa botas y las tira. . .
Ah sí!. . . Las botas!
dijo Revuelta un poco confu-
so pero sin comprender del to-
do. . .
Estas casas .de Madrid son
de papel!. . . iSe ove todo!
Cada golpe de una bota que
cao ea como si se te dieran al
señor en la cabeza... Y por
OSO ma ha mandado a rogarle
a usted. . . si no le molesta.
Y usted" perdone . . . Compren
do que es algo ridículo ...
i No no! repuso J eró ni-
mo tiendo. Tiene mucha rS
zónl. . . Dígale usted que yo
no sabía nada... Y que-esté
tranquilo que no volverá a su-
ceder. .
El criado se marchó satisfe-
vmv j rvevucua se meiio en la
cama pensando en aquel inci-
dente. Pero clare! no se volvió a
acordar de su palabra hasta es-
ta mañana después de habar
tirado una bota con el Ímpetu
de costumbre!
Anda I pensó en seguí
da Bueno se habrá puesto
el vecino!
Y ae quitó la otra bota dea.
pacho colocándola después en
cualquier Darte con murliA ani
dado.
AI poco rato repetición da
la escena anterior; es decir de
sus preliminares. Mandó que
pasara el criado y le dijo son-
riendo: iHa sido un olvido!
Pero yo le prometo que no
pasará otra vez.
Señorito contestó el cria-
do muy compungido Usted
perdone. El señor ha sentido
el golpe de la bota y está es-
perando el otro. . . ex cita di si-
mo porque no llesra. . . Por ta
que usted más quiera en el
mtnulfi - - -r . . ... 1 l 1
vwiviiui uie ubicü se
Otm botal .
' LA C AMADA
"bulbo" del país. . . .La rebelión de 77 era una
"trompada" a ese bulbo. . . . Que me la den a
mí y por mano de un loco poco me importa.
Pero que se la den al país y en el cerviguillo ....
eso nol .... Entonces sí dejo que linchen .... no
con puñales con estas cositas de más tamaño.
Lo cual diciendo mostraba al Inspector los fu
siles del ilusorio arsenal y terminó i
Señor Valázquez puede Ud. retirarse.
Pero señor Presidente mi adhesión a Ud. ea
inmensa insistió Don Eduardo en el dintel del ga-
binete con el acento plañidero de un sacrificador
que ve rehusada por el Dios su ofrenda sangrienta.
Yo no soy juez vaya Ud. con el juez. Y al
Presidente le cerró la puerta.
Poco después déda por teléfono al Secretario
de Gobernación:
"Aquí vino Velázquez con su cuento del lin-
chado . . . Es necesario destituirlo inmediatamente.
SALVADOR QUE VEDO Y ZUBIETA.
da la seca faringe. Fué al ropero "de luna" y le
pareció ver en la suya la cara de Arroyo gesticu-
lando pidiéndole de beber en su última mueca.
Abrió el mueble sacó los vestidos da novia y al
desplegarlos experimentó un honor invencible por
el blanco. Lo volvió al ropero y sin darse cuenta
en un astado próximo al somnambulismo despier-
to echó el otro sobre la cama. Crujió la seda y
se extendió tristemente arrastrando su cauda por
el suelo como si la desposada se desvaneciera y
dejara allí su envoltura de hito.
Antes de salir ae metió Don Eduardo a un bol-
sillo del pantalón su más pequeño revólver un
"little bull-dog" que parada jugate. Y rriendoae
de al mismo de las fobfas infantiles que le asalta-
ban se dirigió al "Distrito."
Allí un secreta rio atildado pulquérrimo. la ley
y la judicatura Lochas persona física vestidas de
jaquet nuevo y pantalón plegado a la plancha le
mostró un papel con rubros criminales. Y cortes-
mente: "Don Eduardo tengo orden de aprehen-
derlo." Se lo llovó a Belén aa cocha colorado.
437
Cfl PARRADO.
LA CAMADA
acaso interrumpida por arrebatos de valor o mie-
do según sopla el viento. En la invasión del
62 65 los franceses se admiraban de la impasibi-
lidad con que recibían la muerte los fusilados aun
aquellos cuyo ánimo f laqueara en al combate "lis
ont le courage de mourir at non le courage de ae
battre" escribía un militar invasor cuya pluma epis-
tolar con motivo del sitio da Puebla rindió des-
pués tributo a loe bravea
"adiós" del Inspector destituido se celebró
en la casa de laa Cariátides eon un banquetíto que
debía ser' al último de su historia gastronómica.
Asistieron algunos pefixaieae complices de desca-
bello descreídos como él en materias criminales.
"Esto acabará en que lo manden a Ud. a alguna
Legadoneita o al Gobierno de un Estado." Bajo
esta impresión Don Eduardo se retiró de la mesa
vacilando entra ser sátrapa de pueblo o embajador
an cualquier Cochinchina.
En la alcoba la cama destinada a próximas nup-
cias. U hizo pensar en que la novia esperaba. Sin-
tió escalofrío luego calor mordicante que le im-
pulsaba a sumergirse en un baño inmenso san.
garse a bocanadas amáricaa antas de marchar al
La sobrevino una sed extraña partiendo
SALVADOR QUE VEDO Y ZUBIETA.
XXXIX.
M COMIENZA A
SER EX"
Disprl: de la comedia de la indignación vino
la comedia del sentimiento. Los mismos que ex-
?tbB al 16 a la ejecudón sumaria de Arnulfo
Arroyo fueron loo que en la tarde del 1 7 iniciaron
las lamentaciones sobre su desgraciada pasión y
muerte. Crecía el dolor cuanto más se afirmaba
la decisión dd Jefe para rechazar el holocausto.
El 18. d acreditado y apreciable "Justiciero.'
refiriéndose al "atentado que llevó a daca aa
"grupo dd pueblo" contra d agresor dd Jefe del
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El Paso Morning Times (El Paso, Tex.), Vol. 38TH YEAR, Ed. 1, Monday, October 1, 1917, newspaper, October 1, 1917; El Paso, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth199969/m1/4/: accessed May 6, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; crediting University of Texas at El Paso.