El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 5, No. 195, Ed. 1 Saturday, December 17, 1892 Page: 2 of 4
four pages : ill. ; page 24 x 17 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
Extracted Text
The following text was automatically extracted from the image on this page using optical character recognition software:
K,
F
B"-
K"'
JK.7-.
K,:'
m
Et ;
; r.r. |"|
poca estatura, dolgadq, a!go
iboao. Sut cabellos laoios, ralos y
fiooe como el plumón db un pato,
dejaban al descubierto la superficie
del orilleo. La pis| del ouello, mo-
rena y arrugada, presentaba gruesas
venas que se hundían bajo las man-
díbulas para reaparecer en las cienes.
Un la comarca le tenian por hombre
avaro y exigente en los negocios.
Le pusieron en pié entre cuatro
soldados, delante de la mesa de la
oooina, que se saoó fuera. Cinoo ofi-
ciales y el Coronel, se sentaron fren-
te á él.
El Ooronel tronó la palabra en
frsnoée:
—Tio Mitón: desde aue estamos
aquí, no hemos escaseado & usted
los elogios; uo ha sido usted com-
placiente y aun atento oon nosotros.
Pero una aousaoion terrible pesa hoy
sobie usted, y os necesrio haoer luz.
¿Como recibió usted la herida que
le cruza la oara?
El viejo no oontestrf.
El Coronel repuso:
—Su silenoio le condena, tio Mi-
lón. Pero quiero que roe responda
usted /Lo oye? ¿Sabe usted quien
mató los dos bulano«, cuyos cadáve-
res se eucontraron cerca del calva-
rio?
El tio Milón articuló claramente:
,-íFuí yo.
El Coronel, sorprendido, calló un
momi nto mirando fijamente al pri-
sionero. Este permanecía impasible,
con su facha de aldeano embrute-
cido y los ojos fijos en el suelo, co-
mo si hablara con el Cura del pue-
blo. Solo un detalle podía revelar
su turbación interior: el viojo traga-
ba saliva á c^da instante, con visible
esfuerzo, cómo si lo hubiesen apre-
tado la garganta.
La familia del tio Milón, su hijo
Juan, su nuera y dos nifios, presen-
ciaban consternados la escena.
El Coronel volvió á preguntar:
—¿Sabe usted asimismo quien ha
asesinado los exploradores de núes
tro éjéroito, que faltan hace un mes.'
El viejo respondió con la misma
impasibilidad de bruto:
—Fui yo.
—¿Los mató usted á todos?
r-Sí, á todos: fui yo.
—¿Usted solo.*
—Yo solo.
—Dígame usted como los ejecu-
taba. ,
El tio Milón dió (nuestras de alte-
rarse. La necesidad do hablar largo
tiempo lo molestaba de un modo vi-
sible.
—Eso se queda para mí—balbu-
ció. Lo hacía según se presontaba la
ocasion.
—Advierto á usted—^dijo el Coro-
nel—Nque es,forzoso confesarlo todo.
Decídase usted inmediatamente.
¿Como empezó usted?
El hombre dirigió una mirada in-
quieta á su familia. Vaciló un ins-
tante aún, y de pronto se deoidió.
—^Volvía yo á la granja una no-
che, á eso de las diez,al dia siguien-
te delegar ustedes aquí. Usted y
sus g* tee me habían quitado por
valor de 50 escudos de forraje, una
vaca y dos carneros. Yo me dije:
tantas cuantas veces me arrebaten el
valor de veinte escudos, otras tantas
me los pagarán oon creces. Y ade-
más, tenía yo o.ras cosas aquí en el
ootason,que sabrá usted también. En
esto divisé un hulano que fumaba
la pipa tranquilamente, sentado á
espaldas de la granja. Butré en casa,
descolgué la hoz y fui 4 oolooarme
detrás del soldado, con tsato silen-
cio. que no debirf oír absolutamente
nada. Levanté la hoz y le corté la
cabeza de «a tajo, de uno solo, oomo
•i Itiera una espigs: ni tiempo tuvo
dé decir ;ay/ Busque usted el oadd-
ver en el fondo del estanque y allí
le encontrará dentro de bn saco, en
oompafila de una piedra de la «ifoa.
Este fué el principio de la realiza-
ción de mi idea. Quité al prusiano
todo* loe vestidos, desde Iss botas
hasta la gorra, y los oculté en
f •"%,
el horno de yeso del tío Martin, al
otro lado del patio.
Callóse el viejo. Los oficiales se
miraban sobrecogidos. Reanudado
el interrogatorio supieron lo que si-
gue:
wm-_
• #
Una vez cometido el asesinato,1 e
tio Milón tuvo un solo penssmiento:
/matar prusianos/ Los aborrocía oon
un ódio disimulado y feroz, oomo
paisano oodioioso y patriota al mis-
mo tiempo. Tenia su idea, oomo el
decía. Esperó algunos dias.
Los prusianos le dejaban en liber-
tad de ir y venir, salir y entrar cu-
ando quería, permiso táoito conce-
dido á su humildad con los vencedo-
res, para quienes se mostraba en to-
das ocasiones complaciente y sumiso.
Todas las tardes presenciaba el
viejo la partida do los correos de
oampafia; él salió también una no-
ohe, luego que supo el nombre del
pueblo adonde se dirigían, y cuando
hubo aprendido algunas palabras en
alemán, la qne juzgó ncesario sa-
be! .
Salió del patio de la granja, se
deslizó en el bosque, llegrf al horno
de yeso y pendrando en el fondo de
la galería se puso el uniforme del
muerto, que euoontró en el suelo.
Luego merodeó por la campiña,
siguiendo encorvado la orilla de los
taludes para ao ser visto, atento al
menor ruido, inquieto como un la-
drón.
Cuando creyó llegado el momento
oportuno, se aceroó ¿ la carretera
ocultándose en un matorral. Esperó
aún.
Hacia la medianoche resonó en la
tierra dura del eamino el galope de
un caballo. El viejo aplicó el oido
contra el suelo para asegurarse de
la proximidad dol ginete, y hecho
esto se preparó.
El hulano se acercaba al trote lar-
go. Era el portador de despachos ur-
gentes y marchaba con el oido avi-
sado y despierta la vista. Cuando He
gó á diez pasos dol tio Milon, oste
se arrastró por la carretera grilando
con acento lastimero:
;Hilfe! ¡Hilfe! ¡Sooorro/ /Sooorro!
Se detuvo el ginete; reoonoció en
el viejo un prusiano desmontado, he-
rido tal vez; bochó pió ¿ tierra, se
aproximó sin la menor sospecha; y
cuando se inclinaba para socorrer a
aquel desconocido, recibió en medio
del vientre la encorvada y archa
hoja de un sable El hulano se des-
plomé sin agonia, saoudido única-
mente por las últimas supremas con-
vulciones de la muerte.
Se irguití el normando radiante
de alegría, y oon feroz complacen-
cia corté el cuello del cadáver; lo
empujó con el pié y oayrf rebotando
¿ la cuneta de la carretera.
El caballo, tranquilo esperaba á
sn amo. Monté ol tio Milon y salid
galopando llanura adelante.
Al cabo de una hora divisé dos
huíanos que regresaban juntos al a-
cuartelamiento. Dirigióse á ellos
gritando también: /Hilfe/ ¡Hilfe/
Los prusianos reconocieron el uni-
forme y dejaron aproximarse el gi-
nete, sin dosconfianza alguna. Lle-
gé el viejo, y pasando entre ellos
oomo una bala, maté al uno de un
sablazo y al otro de un tiro de re-
vrflver. Despues degollé los caba-
llos.
Tranquilamente regresé al horno
de yeso, ooultando el caballo en la
osoura galería.
Durante cuatro dias no salid de
ossa, esperando el resultado de la
información abierta oon motivo de
aquellos asesinatos; pero-al otro dia
hizo una escapada y maté i otros dos
soldados, valiéndose de la misma es
tratagema. Desde entonces ya no se
contuvo. Todas las noo
por el campo tratando
tan pronto aquí domo allí
á ia ventura galopando & 1
la luna por veredas desie
al hplano cazador de hom
dejaba tras él sangrisota fila de ca-
dáveres sembrados por los o* minos,
el tío Milon ocultaba iuvariablemen
te el uniforme y si caballo en aque-
lla galería del horno de yeso. A ella
se encaminaba al medio dia, llevan*
do al oaballo la raoion de avena y
agua, abundante hasta la prof u ion,
pues si ouidaba oon esmero al ani-
mal, también le exigía un trabajo
duro y continuado.
La víspera, uno¡de los huíanos ai
tacados se defendió, y de un sabia,
zo corté la cara del viejo, que á pe-
sar de la herida, le maté. Pero ouan-
do fué á ocultar el caballo y á ves-
tirse los guíflapos que constituían
su traje habitual, le acometié tal de-
bilidad, que no pudiendo llegar á la
cuadra, y allí le encontraron ensan-
grentado, sobre un monton de
paja ....
#
# *
Cuando terminé es'e relato, el tio
Milon levanté de pronto la cabeza,
mirando con altanoria á los oficiales
prusianos. El Coronel le pregunté;
—^¿Nada mas tiene usted que de-
cir/
—^No he pedido perdón. *
—¿Ha sido usted soldado?
—Sí. Me batí en campafia baoe
ya tiempo. Vosotros matasteis á mi
padre, que fué soldado de Napoleón
i; matasteis á mi hijo menor, FTan
cisco,el mes pasado,junto á Evreux.
Os la debía y be pagado. Estamos
en paz.
Los oficiales se miraban. El viejo
continuo;
—Ocho por mi padre y ocho por
mi bijo.Estamos en paz. Yo no os he
buscado querella, no os conocía, ni
siquiera sé de donde venís. Aquí es-
táis en mi casa y mandáis en ella co-
mo si os hallarais en la vuestra. Me
he vengado en los otros y no me ar-
repiento
Y enderezando el cuerpo encor-
vado por la auquilosis, cruzé el tío
Milon los brazos, adoptand o una
postura de héroe humilde.
Los prusiano* djfcurrioron en voz
baja largo tiempo. Un capitán, que
también había perdido su hijo el
mes anterior, defendía con calor la
conducta de aquol viejo. Terminada
la conferenoia, so levanté el Coro-
nel, y acercándose al tío Milon, le
dijo muy quedo:
Escuche usted: hay acaso un
medio de salvar su vida* y es ... .
Pero el viejo no qniso oír; fijé la
vista en el oficial vencedor, mien.
tras el viento agitaba los cuatro des-
greñados pelos de bu cabeza, hizo
un gesto espantoso que crispé aque-
lla enflaquecida oara, cortada por el
sablazo, y enarcando el pecho, escu
pié con toda su fuerza en pleno ros-
tro al prusiano.
Loco por la afrenta, levanté el
Coronel la mano y el viejo le
escupió la cara por segunda vez-
Todos los oficiales se levantaban y
daban ¿«lene? á un tiempo.
En menos de un minuto, el tio
Milon,< impaciblo siempre, fué em-
pujado oontra la pared y fusilado,
no sin enviar sonrisas ásu hijo Juan,
á su nuera y á los dos nietecitos,que
contemplaban aquella escena con ex
traviados ojos.
Guy de Maupassant
Se Vende.
Una prensa ds Gordon de 8x12,
casi nueva, con 8 ramas y cilindros,
por 9140.00.
Otra de Gordon de 18x19, en
buen órden, por 9250.00.
1 ipos de todas otases, piedras,
mesas, cajas, chivaletes y en fin,
todo lo neoesario para publicar un
periódioo del tamaño del Rboidob.
Diríjanse á esta imprenta.
Cvlle de Laredo
a! Sur, No. 11
Zapatería Mexieaina.
Be tuan loa mqjorea materiales, importados y del Psis, en toda la obra ds medida*
Habiendo añadido á tni taller un elegante y variado tutriido de calzado
fino y corriente, para Señoras, Señoritas, Niños y Caballeros, lo ofresooá
precios muy reducidos. Especialidad en obras de medida.
Dr. A. Diaz.
S 7 ^ ^ *
PROFESOR EN MEDICINA, CIRUJlA Y PARTOS.
graduado bn la capital de mexico en 1860.
Miembro de Varias Sociedades Científicas.
Especialista en las Enfermedades de Señoras
Consultorio: en la Botica de 8an Pedro-
716 W. Commerce. Teléfono 269.—Residencia: 917 W. Houstcn 8t.
HORAS DE DESPACHOi
De 7 á 11 de la mañana y de 2 á 6 de la tarde.
HOTEL
C. PORFIRIO DIAZ.
MESA EXQUISITA Y BUEN SERVICIO.
ALEJANDRO CANALES, propietario.
Si desea vd. comprar un
M BUEN SOLAR
al contado ó pagadero en abonos
mensuales, ocurra á esta oficina
donde tendrá mayores ventajas.
Buenos títulos y precios pilcos
VENDEMOS EL NUEVO
Diccionario de la lengua castellana.
POR ROQUE BARCIA
Undécima edición dispuesta con arreglo a la última de la Aca-
demia y aumentada con más de 2o,ooo voces usuales de ciencias,a]>-
tes y ofic ' s y lo,ooo a que la Española acaba de dar carta de rantnra
lesa en su idioma.
Quiere vd. comprar un
Buen Coito, Bugyg o Gorruoge ?
Ocurra A la Imprenta de "El Regidor," y le iuformarán
donde pnede comprarlo con mayores ventajas.
p©lvo<
Para el dolor de cabeza se venden en
esta oficina, fnincos de porte, á cuatro
reales la caja de doce tomas.
** t|ÉHlÍÉ
u* tableólrniwnto i! Calle del Comer
coma fio No. 718, lq q%spone en oonooi
oonocido relojero
cambiado su eS-
i hplano cazador ds bombsss. miento de sus numbrosos marchan* dos rsalss ea estampillas
Concluida su terrible faena, que tes y del pjftbHco en general. oentavoe
Nuevos LíDros.
Se enviará cualquiera de los si
guicntes al recibo de 35 centavos en
estampillas:
Las fortunas de Diana, por Lope
de Vega.
Estudios sóbrela Fdad Media, por
F. Pi y Margal 1.
Fabulistas extranjeros traducción
do D. Angel Lasso de la Vega.
Novelas ejemplares de Cervantes.
Poesías escogidas de Quevedo.
Poesias Líricas Alemanas
Composiciones varias de Zorrilla.
Cartas que escribió Cristóbal Co-
lón sobre el descubrimiento de Amé
rica y testamento que bizo á su
muerte.
Poesias de D. Pedro Calderón de
la Baroa.
Poetas Americanos.
.Poetas Contemporáneos.
Los Suefios de Quevedo.
El Diablo Mundo
Saínetes de D. Ramón de la Cruz
Domóstenes y Esquines
Poesias de Espronceda
El Universo en la ciencia antigua
por D. Felipe .Picatosto
Los Viajes de Maroo Polo
Sfleores Suscrftores.
Suplicamos á las personas qne se
les han vencido los plazos que nos
pusieron, nos remitan la cantidad
que nos adudan.
Ademas, advertimos á varios de
los que han recibido nuestrooobro y
no se han dignado ni siquiera oontes
tar, que para el dia 1 ° de Noviem-
bre pró> imo vamos á suspenderles
el envío del periódico y á publicar
sus nombres en la lista de malas pa-
gas.
Conque ya quedan entendidos;
sobre aviso no hay engallo.
DONDE ESTAN?
—«Un hijo de Jesús Lozano desea
saber el actual paradero de éste. Mu-
cho se agradecerá oualquier informa
que se dirija á Santiago Lozano, en
esta oficina.
~e«
DISCURSOS T POESIAS.
Tenemos á la venta «ra cuademito
que ooatiene discútaos alusivos al 16
de Ssptiembre, 6 ds Msyo y poesías
patri6t|oas. So «aviará franco de
porte 4 toda pttfcma que nos envíe
Me & dos
GANGA.
Se venden muy barates un carrito
[expreu] y dos caballos qne sabsn
jalar en la guarnición, uno es tam-
bién de silla.
El Dr. Batista.
Ha oambiado su oficina & la qao
ocupaba anteriormente al periodkgjr^
El Heraldo, calle Doloro números*
806 y medio.
MT Suscríbanse al "REGIDOR,"
cuesta dos pesos si alio.
Upcoming Pages
Here’s what’s next.
Search Inside
This issue can be searched. Note: Results may vary based on the legibility of text within the document.
Tools / Downloads
Get a copy of this page or view the extracted text.
Citing and Sharing
Basic information for referencing this web page. We also provide extended guidance on usage rights, references, copying or embedding.
Reference the current page of this Newspaper.
Cruz, Pablo. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 5, No. 195, Ed. 1 Saturday, December 17, 1892, newspaper, December 17, 1892; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth192988/m1/2/: accessed May 1, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.