El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 2, No. 72, Ed. 1 Saturday, June 7, 1890 Page: 3 of 4
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Había nacido para acusar, pa-
ra buscar y demostrar el crimen.
Entonces estaba en su elemen-
to, como el pea en el agua; en-
t mees era hábil, perspicaz, Casi
apeonado.
Iíacía, pues, gestiones para e-
jercer un cargo más en armonía
con su temperamento, cuando re-
cibid el anónimo que denunciaba
un hecho que, á ser cierto, pro-
duciría gran escándalo, compro-
metiendo su po¿ venir.
El señor Dalifroy sintió enton-
ees uno de los dolores más vivos
de su existencia.
¡Él, el hombre solemne y cor-
recto, incapaz de piedad ó de in-
dulgencia, engañado, ridiculiza-
do como el ente más vulgar! . . .
O
Esta idea hacia asomar espu-
ma á sus labios.
Aquella mujer . . . ¡mujer!
nadie como el despreciaba esta
palabra. No 1c miraba ya como
á un superior, no le profesaba o-
bediencia; se le escapaba, podia
amar algo superior á él . . .
¡ Esta era una verdadera rebe-
lión! ¡Aquella mUjer le produ-
cía el éfecto de un insurrecto, de
un revelucionarío, lo que más o-
diaba en el mundo.
Sentía crecer de minuto en mi-
nuto tas celos formidables, fero-
ces engendrados ]>or la bilis, por
la vanidad1 por mezquinos inte-
reses, y en los que el amor, como
acontece las más de las veces, no
entraba absolutamente para na-
da.
Al suponer que su mujer le
engañaba, experimentaba un muí-
cimiento análogo al del colono
del Brasil cuando su esclavo se
le escapa conquistando su liber-
tad.
dicen que me es infiel, v
lo será. ¡No me conocen . . .
seré implacable! ¡Pero ante «todo
necesito saber y sabré! ¿Quien
rae escribe? un amigo #in duda.
Se detuvo an momento, y unir-
.1 ur >:
—Unjunigo; no recibo en mi
casa jóvenes á la moda cuyo ofi-
cio es seducir á las mujeres; no
recibo mas que hombres serios,
inferiores á mi como fortuna ó
como posición.
Nada mas cierto; el señor Da-
lifroy era de los que no pueden
tolerar á su lado más que seres á
quienes dominar y humillar. Por
esto hablaba con énfasis de la
familia. •
La familia, tul como* está or-
ganizada, aun entre nosotros, es
la última forma de poder absolu-
to representada por el esposo y
el padfe, jefe único por la ley,
tutor mientras vive do todos a-
quellos que el matrimonio le en-
trega. ¡Pequeña corte cerrada
donde el despotismo se ejerce en
en absoluto, siempre el varón se-
pa elegir una compañera de ca-
rácter débil, de intiligencia limi-
tada y le temperamento timido!
Sólo el señor Dalifroy olvida-
ba (pie la fatuidad ciega y el po-
der embriaga, y que podia muy
bien haber en torno suyo un
hombre de gran valor que él des-
conociese, y que- su mujer, tan
duele y sometida, pudiera cono-
marido, que co el
esposa, hacía una car
más rápidas.
En una palabra Mi
gaba siu peligros ni
con Athenafo, la cautid
ció é irregularidad n
todo hombre, y la señora
que no era una virtud, b
*ar su contrabando bajo
bel Ion Dalifroy.,
Gracias á él, casada con t
cial que no hubiera heclio
na, había visto sus salones
se de hombres importauács,
mujeres virtuosas, de intri
con influencias en Jos minis
y Néstor Sé veri n entró en
nisterio de la Guerra, donde
quistó sus grados sin peligro
Ya se comprende que
naís no se hubiera prestado
lir de París para hacer la
errante de guarnición.
Hija de soldado, educada
San Dionisio, se habia
con un militar, colocaudo con i
teligeneia sus encantos á ren
de buenos valores, como aqtl
que busca, más qtle gratules
videndos, seguridad.
Chi va piano, va sano; e,
va xa no, va lontano, dice el p
verbio italiano.
Ella caminó póeoá poco, y
accidente llegó á una buena i
sicion
Veía el insiaute en que su i*
rido ganaría las charreteras
general, sin aventura se en 1
cer, juzgar y eligir.
,—Hombre prevenido vale por ¡ campos de batalla, porque era
dW-se dijo enjugando el sudor 11* quien hacia sus campai
frió que bañaba su frente;-antes mas oscuras, pero más prácti
de ocho dias sabré la verdad,
XXIV
lié aquí como el señor Dali-
froy se había casado hacía algu-
nos años.
Acababa de cumplir treinta y
dos, y hacia cuatro (pie era aman-
te de !a señora Séverin.
Era esta á la sazón una hermo-
y el dia que el señor Dalifroj
fuese magistrado, se aumentar
el prestigio (pie la rodeaba y el
tendería el prestigio de su ii
eneia.
En cuanto al señor Dalifroy,
! su fatuidad! tu le permitia
j que amaban más que á él, y i
av aricia se felicitaba de haber e
contradi una mujer tan poco
ella
como
¿a joven en todo el esplendor de
.i , i • I xigente.
su hermosura, confesando vein- ® ^
i lodo iba perfectamente DÜ
I ticíneo años, pero teniendo en re- *
aquellas tres personas, y te
estaban satisfechos, excepto un
y en un sol( punto.
El señor Dalifroy poseía algu-
nos b/enes de su difunta madre,
—i Es esto posible í-se decía.-1 ,. . , . . , , . , ,
. í ' . , andad veintiocho, la mejor edad
¡Andrea encanarme! ¡Pobre de , , . ..
. . . . ,/ . (le las mujeres, segan dicen mu-
ella si es cierto! . . . 1 ero no lo; ,
. , i • i ! chos.
sera; yo no me lie conducido con ,, ... , .
.. . Marcos Dalifroy estalm intere-
esos maridos necios , * . .
Isado por aquella mujer, v Atne- .
a un -1*1 *ii muerta nacía poco tiempo, y em
mus lo sstaba por aquel nombre 11 J
«pie ponen a sus mujeree
mismo nivel, v hacen de ellas un! , ,. , ,
. v . aunque el amor, en realidad, no
camarada, un animo, coinproim •
n 1 ., , enti
tiendo su prestigio y autoridad.
Salió del convento para casarse
conmigo, no sabe nada del mun-
do . . . tiene veintidós años . . .
es huérfana .y no la he dejado
formar lazo ninguno de amistad
con hombre ó mujer. La he pre-
dicado siempre el respeto y la ad-
ni i ración á mi persona . . . no le
he prometido libro ni comedia
que puedan despertar en ella i-
deas peligrosas. ... ¿Y a pesar
de todo esto ine engañaría ? ¿ Ten-
drá un-amante? jUn hombre que
le agrada más qua yo, al (pie
juzga superior. . . '
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Permaneció alguno^ instantes
meditabundo; y dijo:
—Se dice que no hay' humo
M¡n fuego .. . Quizás esto es exa-
gerado; pero si no hubiera nada
no me escribirían . . . ¡La fafol-
la del barrio, t
Volvió a leer e^ anónimo y
pensó:
No precisan los hechos , . <.
rase j>ara nada en a«piel lazo,
pezaba á compre.ider que pan
un hombre serio que se cotisagt
i •, , , á perpetuidad á llevar la corbatt
(pie como hemos visto, no logró ¡ / 1 . . "Sg*
i i i blanca, el ínatrunon o (ra Ü
debilitar el tieinjx . '
El amor pasa, la pasión se ex-
tingue, pero hay asociaciones en-
tre hombre y mujer que reposan
eu bases más sólidas, uniendo á
lo subroso del fruto prohibido
todas las ventajas del matrimo-
nio de razón.
Decir que Athenaís amaba á
Marco ó Mayco* á Athenaís, se-
ría pura hij^érbole; lo cierto es
que Athenaís era de esas muje-
res que no pueden pasar sin a-
mante, y'Marcos había halhuh
en ella la mujer de sus sueños.
:Ah! i miserable! : miseraUe ! T ,
. ,—r4 . ' la mujer hermosa, fácil, «pie no
¡si fuera verdad! * 1
compromete y no pide dinero.
Es verdad que pagaba en in-
fluencia y en consideración.
Aquel hombre severo, solem-
ne, era el mejor* ornamento del
salón de la señora Séverin, le da-
ba peso y respondía á los ojos
del mundo de la respetabilidad
de la diosa de aquel templo, i
Tenía además ad<n¿ra% s re^*
dones, y las pouía al servicio del
necesidad.
Esto inspira confianza coutpl
ta á un personaje tal cemo el
ñor Dalifroy se proponia ser.
Había llegado á la edad
que las personas serias se creí
una familia, y él quería ci
la; j ero por nú lado (tenía id«
esj eciales respecto á la eli
de su esposa, y [>or otra Atl
naís le estorbaba un } oco.
¿Como aceptaría la cosa?
Na quería romper con ell
porque sin darse cuenta, aquelli
mujer había tomado grande í«
perio sobre él, sabia maneji
con habilidad y le habíafj
costumbres que leerá d<
ble aboudonar.
Athenaís i>or su parte,
mujer sagaz, presentía aquel <
seo eu la vida del raí
comprendía que el aefior
se catearía un dia ú otro,
hábil diplómatica, se hii
razonamiento.
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Pablo Cruz Y Cia. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 2, No. 72, Ed. 1 Saturday, June 7, 1890, newspaper, June 7, 1890; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth192883/m1/3/: accessed May 5, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.