La Fe Catolica. (San Antonio, Tex.), Vol. 1, No. 16, Ed. 1 Saturday, May 15, 1897 Page: 3 of 4
four pages : ill. ; page 20 x 13 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
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HESE
LA FE CATOLICA.
VIRTUDES
Y
Faltas Menudas
PARA
LAS JOVENES EN FAMILIA.
LA DESOBEDIENCIA.
La desobediencia es la forma
más ordinaria del orgullo. Es
verdad que no nos es permitido
juzgar al prójimo desfavorable-
mente; más no obstante, si veis á
una niña que se complace en des-
obedecer, podéis decir, sin temor
de engañaros: esta niña es orgu-
llosa.
En efecto, el desobedecer es no
someterse: ¿y no es éste el carác-
ter propio del orgullo?
La desobediencia reflexiva, que
llega á hacerse un hábito, despoja
á la niña de toda su amabilidad, y
poco á poco, no quisiéramos de-
cirlo, la hace detestable: la des-
obediencia la lleva al capricho, y
el capricho á la obstinación.
Ya después no hay otros gra-
dos y entonces no es la niña la
digna de compasión, sino su po-
bre madre, pues al que está muer-
to se le llora: no se le compadece.
¿Cómo se forma el hábito df la
desobediencial
Es verdad que insensiblemente
se llega á ser desobediente; pero
la pendiente aquí es muy rápida;
pues se tiene al orgullo por amo,
y el orgullo aguijonea con una
fuerza extraña.
Comienza la niña por cumplir
perezosamente con lo que se le
ha mandado; este descuido en el
trabajo conduce á la negligencia.
Ya no concluye el trabajo, pa-
récete largo, difícil, fastidioso; y,
ó lo deja-enteramente, ó lo hace
muy mal.
A una justra observación de la
maestra, murmura, y después, so-
bre todo delante de las compañe-
ras se explaya con mil quejas,
dando razones imaginarias de fa-
tiga ó de imposibilidad.
No quiere cejar para nada en la
discusión; y íomo el derecho que-
da por parte de la autoridad, se
rebela, ó si se siente demasiado
débil ó poco apoyada por sus
compañeras, se queda en una in-
movilidad espantosa. Esta es la
obstinación, que se asemeja álgu-
nas veces á la estupidez.
Se deja regañar; pero ni escu-
cha nada, ni obedece.
Efectos de la desobediencia.
La desobediencia hace que se
entibié primero, y á poco que se
destruya, el afecto que se nós te-
nía.
Es menester que esta falta ten-
ga alguna cosa bien repugnante,
puesto que hiela aun el corazón
a mad
La hija i>
tortura
___________________
%
de una madre.
atacada de una enfermedad con-
tagiosa.
La desobediencia produce la ig-
norancia. Aquella que no apren-
de sino lo quiere, que no escribe
sino á la hora que tiene ganas, y
que no escucha sino cuando te
place, ¿qué puede saber?
La charla no es la ciencia.
En fin, la desobediencial perju-
dica el carácter, hace á la niña
adusta, la acostumbra á vivir ep
contradicción con todo el mundo
y á no poder soportar la menor
observación.
¿No es ya bastante esto? ¡Des-
graciada de la niña que después
de leer estas cortas líneas, no se
avergüenza y no toma la firme re-
solución de corregirse de este de-
fecto si se reconoce culpable!
Al lector.
Si no es usted suscriptor de es-
te semanario y lo recibe, es con el
objeto de invitarlo á que se sus-
criba, y en caso de que no te con-
venga, te suplicamos se sirva de-
volvernos el presente número.
fléiF" La persona que conserve
en su poder tres números, será
considerada como suscriptor.
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En la Botica Hidalgo las rece-
tas son despachadas con escrupu-
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lica, es el único semanario reli-
gioso que se publica en castellano
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S55
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La Higuera y el Olivo.
Una frondosa higuera
dijo á un olivo:
—¿Cómo has de compararte
nunca conmigo,
si son las hojas
que tu ramaje visten
lisas y angostas?
—Con* mis hojas sencillas,
dijo el olivo,
todas las estaciones
ando vestido;
mientras tú, loca,
el invierno lo pasas
sin tener ropa.
Regulen su fortuna
los de este mundo,
por vestir elegantes
no anden desnudos;
como el olivo,
. -
1 traje modesto,
fcido.
Pére -
CANTARES.
Nunca pidas, nunca debas,
Nunca á nadie te hagas mal:
Siempre mira, siempre calla;
Y las gracias me darás.
Tres prodigios muy raros
Admirap todos:
Tu hermosura es el uno,
Mi amor el otro;
Y es el tercero
Que tu nieve no puede
Calmar mi fuego.
Haré por tí una fineza,
La que tú por mí no harás:
Quererte aunque no me quieras:
¿Qué más quieres? ¿Quiéres más?
BALADA.
—¡Madre, una música dulce^
á mi pesar me despiertal
Es ya más de media noche;
asómate á ver quien sea.
—No escucho nada, hija mía:
á
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Backmann, Carlos. La Fe Catolica. (San Antonio, Tex.), Vol. 1, No. 16, Ed. 1 Saturday, May 15, 1897, newspaper, May 15, 1897; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1111902/m1/3/: accessed May 18, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; .