El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 16, No. 700, Ed. 1 Thursday, January 29, 1903 Page: 1 of 4
four pages : ill. ; page 24 x 17 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
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! Año 16. No 700.
San Antonio, Texas, Enero 29 de 1903.
Pablo Cruz, Editor y Propietario.
Teléfono 1,939.
IDE
JOHN P. CAMPBELL
El lunes pasado, por la noche,
el Market Ilall ofrecía un aspec-
to tan portentoso como desusado.
Cinco mil electores de todas las
clases si cíales so habían reunido
entusiastas para echar las bases
-de una administración municipal
pundonorosa y dar el golpe do
.. gracia á la ineptitud y al favori
tismo.
Las deliberaciones fueron con
ducidas con orden uotablo no ob
tanto las formidables aclamacio
nes que á veces interrumpían su
curso ¿cómo, pues, poder imagi-
nar que url conjunto de cinco mil
aliñas rebosantes do entus'asmo
al percibir una era más feliz en
su horizonte cíe ciudadanos, puo
da reprimir en silencio los arran-
ques genuinos de un júbilo justi-
, licado? y!
A propijpltu del juez Thad. .1
Adams, s#$rombró al Hon. I'. J.
Lewis Presidenta de la Conven
ción, y los Lies. Samuel Belden
y E. D. Henry fueron nombra-
dos secretarios.
Damos á continuación nti ex-
tracto de los incidentes más sa
lien tes de la memorable reunión.
Dijo P. J. Lewis:
"Estamos aquí para postular
un ticket victorioso para las ve
nidoras elecciones.
.... Se ha dicho que el objeto
de dicho ticket era inaugurar una
'administración de botarates. Os
pido qne hagais de modo que se
sonrojen de vergüenza los que
tan vilmente mintieron." [Es-
truendosos aplausos.)
El nuevo programa comprende
en particular las siguientes c á 1-
sulas que, como lo verán los inte
resados, dan de por sí todas las
reformas é ¡novaciones que, en
la situación actual, se apetecen:
Io Impulso progresista en el
gobierno de la ciudad, y anula
cién de los empleos municipales
innecesarios:
2o Decidida cooperación del
personal de la administración pa
ra conseguir por medios legales
y juiciosos la economía en las fl
■ nanzas municipales;
8 ° Corrección enérgica de los
abusos y malos pagos á emplea
dos de la ciudad.
4 o Abolición total del favo-
ritismo.
5 ° Cooperación decidida con
el gobierno del condado para com
tir la inmoralidad pública;
Decidido empello en ío
Dentar la instrucción escolar;
Establecimiento de un nue
! para operarios mu
loras de trabajo al
io que no baje de
sis toma
fondos
PH
m do un
ósito de
los bancos, que
IBPÉ86
'
La siguiente candidatura fuó
nojninada por la convonción:
Mayor,
JOHN I'. OAMPHELL.
City Attorney,
•IAMKS K. WKIlli.
Col lector,
NO NOMINATION
A>sjssor,
(iliOKCK I'. KTI'KMKK.
Auditor,
V1NTON L. J AMKS.
Troasurer,
(íEOlKiK PFEI' I'h' 101!.
Recorder.
N() N< >M 1 NATION.-
Aliiernien-at-large,
WM. L. liK'HTEli,
W. L. HA 1! K101!,
N. T. WILSON,
VOlílES 1>. BRUWN.
Ward Aldermen.
Ward 1 NO NOMl NATION.
ward 2 i>. sioamoni>s.
Ward t NO NOMl NATION
Ward 4 ('. M. KTONE.
Warp 5 JOHN KIONNEV.
Ward (i 1\ C. WOODK.
Ward 7 l'IÍ ANK CLOECK NKI!.
Ward H EDWAIÍI) STIOVES.
Después de anunciar el presi
dente Lewis, que se iba á proce-
der á la nominación del candid¡>
to ¡)ara Mayor, fuó interrumpido
por un coro ensordecedor de acia
macioces entusiastas á favor de
John P. Campbell.
Este se levantó y dió las gra
cias afiadiendo que su credo poli
tico, expuesto más arriba, se po
día reducir á estas sencillas pala-
bras: "Si soy olecto os daré una
administración honrada y apega
da en todo á la lógica de los prin-
cipios mercantiles."
Al clausurarse la Convonción
cada cual tenía, en sí, improsa la
convicción del seguro triunfo do
la candidatura Campbell.
Hoy se verifican las elec
ciones primarias para pos-
tular candidatos para Colector,
Juez Correccional, y Regidores
de los Barrios 1 y 8, habiendo va
rios aspirantes para cada postu-
lación.
*
-A.L HON".
John P. CampDeil
Un aire quiero cantar,
que poco os costará leerlo,
y que ilustra (vais íi verlo,)
la elección por celebrar.
Del City Hall para guiar
(cual sólo un buen timonel,)
el maltratado bajel,
s<5 que deseáis un hombro
competente y de renombre:
lPues, bien, tomad á Campbell!
Bastante tuvisteis yá
de promesas y de halagos,
de abusos y malos pagos,
como los que aún hoy ós dá
el gremio que ya se vá.
Para poner & nivel
los sueldos y el arancel,
es preciso que sea fuerte
el que rija vuestra suerte:
¡Votad, pues, por John
lÉllili
10 Decidido i
eblo particip
upu0stos mu niel*
loe evsn-
í ■ im
úü
m
que no lo i
castiga al facineroso:
¡ Votad, votad por Campbell!
Pues no es de esos eruditos
que roe la negra ambición,
y que en vana ostentación
la echan de rcyecitos
ó inocentes sambenitos.
Sal>e cumplir su papel
sin ruido ni cascabel,
con sencillez, sin rodeos,
y sin ostentar trofeos:
¡Votad, votad por Campbell!
Verdad es que fué cochero,
y de sus obras es hijo,
•más por esto yo colijo
ciuc fué inteligente obrero,
pues, supo guardar dinero.
Sea mozo de cordel
ó simplemente bedel,
el ciudadano es sagrado
cuando sabe ser honrado
y así es John 1'. Oainpbell.
De animales fué inspector,
y Sheriff lo fué también,
v como tal, no hay quién
le tache ningún error
ó dude de su valor.
bosque os prometían miel
os sirvieron pura hiél;
es tlempo de decidir
si queréis aún sufrir
ó elegir á John Campbell.
Alistaos, pues, ciudadanos
á portaros dignamente,
y á vengar terriblemente
los manejos harto insanos
de vuestros viles tiranos.
Dejad de creer en Terrell,
y ¡i las urnas en tropel
acudid, y sin demora
votad, votad en bueua hora
por el honrado Campbell.
Se aseiuira que personas que
están «¿límente al servicio de
la administración del Dr. Terrell,
tienen detenidos los certificados
de registro á mochas personas,
so pretexto de que les van á dar
trabajo en la Ciudad, para que el
dia de la elección voten forzosa
mente por la candidatura de Ter
reí 1; pero basta la fecha no les
han cumplido la promesa de dar
los trabajo; y si eso hacen ahora,
¿qué no harán si su candidatura
triunfa? A continuación damos
los nombres de unas cuantas de
las víctimas:
Clemente Sánchez, Lorenzo Gar
cía. Nicolás Cuéllar, Pedro Mon-
tez, A. González, Alonso Mora-
les, P. M. Sánchez, Eugenio Bur
gos, Manuel González, Eligió Ro
sales, Santiago Moreno, Vicente
Plores, Francisco Veloz, Melitón
Luna, Jr. Eleno Castillo, Lázaro
Castillo, Burton Wilkins, Jr. Ra-
món Mendez, Manuel Aguilar,
Antonio Morin, D. Carrera, Ma-
nuel Muüóz.
La magnimidad de Terrell se
puede medir por el ejemplo si-
guiente:
Hace pocos días se acercó á él
un hombre apellidado Garza,
quien tiene numerosa familia en
la indigencia y él está enfermo
al grado de no poder trabajar.
Solicitó auxilio del Dr. Terrell
después de manifestarle su tristi
sima situación, y el aspirante á
Mayor, después de toser dos ó
tres veces, como para llamar la
atención, pues que iba á verificar
un acto extraordinario, sacó de
su bolsillo 20 c. y se los dió.
¡Cuanta magnanimidad! Y va-
mos que Terrell tiene f 100 men-
suales para gastar & discreción
en casos como et que acabamos
de relatar.—José Villarreal, par-
tidario de Terrell, al saber lo que
Terrell daJo.
¿Qué intenta el
reyismo?
Los últimos acontecimientos po
líticos hau puosto en conmoción
al país. La caida de un tirano
probable no puede pasar inadver
tida, y por eso es por lo que to-
das las conciencias se extreme-
cieron al sabor que Bernardo lie
yes había caído.
Los hombres sonsatos no po-
dían presenciar con calma las
proporciones colosales que iba
adquiriendo la ambición política
de un hombre cuya trágica histo-
ria administrativa auguraba la
miseria y el horror de un pavoro-
so porvenir político
¿Qué hubiera sido de nuestra
l'atria si Bernardo Reyes logra
realizar sus ambiciones? ¿A qué
caos nos habría conducido el de
lirio marcial de ese so'dado? ¿So
habría avenido el derecho á la
exigercia del machete? Habría
soportado el pueblo la insolencia
de la tiranía?
No; el pueblo se levantaría en
armas para bjrrar la afrenta y
ahogaría eu torrentes de saugro
el orgullo de sus mandones.. ..
La revolución hubiera sido la
resultante del encumbramiento
político de Bernardo Reyes.
El público recibió con agrado
la calda de ese militar, porque
con ella so dosvanecía el temor
de que estallara en lo futuro una
formidable revolución.
Pero ahora ose mismo público
que ayer batió palmas por el dor
rumbamiento del tirauo probable,
comienza á interrogarse intran
quilo sobre la suerte que está re
servada á nuestra Patria
Y oso se debe á que la noticia
que circuló como rumor de que el
Gral. Reyes pretende entronizar -
89, casi se está confirmando.
En efecto. ¿Qué significa el
hecho de rennneiar el grado mi-
litar con que Diaz favoreció al
ex Ministro de la Guerra? ¿Por
qué cuando no se veía libre aún
del estupor que le produjo la des-
titución, se apresuró á tomar el
ferrocarril que debía conducirlo á
Monterrey? ¿Por qué tan pron
to como llegó á Monterrey, sin
darse un momento de reposo, to-
mó posesión del Gobierno de Nue
vo León? ¿Por qué citó con una
festinación que alarma, á todos
los alcaldes primeros de las Mu-
nicipalidades del Estado? ¿Por
qué citó del mismo modo á los po-
liticastros del Estado de Coahui-
la? Por qué toma tanto empefio
en hacer correr la absurda ver-
sión de que hoy, más que nunca,
goza de toda la confianza del Ge-
neral Diaz? ¿Por qué acabado
de llegar á Monterrey, ordenó
que el cabo de Rurales de Colom-
bia, N. L., un tal José M* He-
rrera, substituyese á Crescencia-
no López, Alcalde Io de Lampa-
zos? ¿Por qué ordenó que su ins-
trumento ciego José M * Correa
funja de Comandante de Policia
en Lampazos^ - ¿Porqué ha de-
jado de Jefe de las armas en Lam
pasos al ya bastante célebre Au-
Diaz? ¿Porqué ha dejado
de Jefe de Rurales en Lampazos
lente célebre Pedro Her-
4 -ué conduce la ver-
ii v 1
„, ámente pi
, por jphn Oauip
él nombre del
«..'i...
Todo eso st
loa; pero es bueno
'
proceso, tuvo en cuenta que su
caracter de soldado en servicio
activo le cerraba la entrada al
Gobierno do Nuevo León eu una
próxima reelección. Por eso re
nunció el grado Militar. Y lo quo
la necedad atribuyó á patriotis
mo, á altruismo, no fué otra cosa
que el resultado de un cálculo e
goísta. La Constitución de Nuo
vo León, reformada por orden de
ese soldado, prescribe quo los mi
litaros en servicio activo no pue-
den sor Gobernadores. Eso lo or
donó cuando en su fiebre de man
do se sofló I'residento de la Repú-
blica y para impedir que los Ge-
nerales Troviflo, Naranjo y Gar
za Ayala pudieran ser Goberna
dores del Estado.
En su inmonsa megalomanía
jamás consideró el ex Ministro
que las armas que forjaba para
debilitar á sus enemigos, ten
drían que volverse on contra su
ya. Como decíamos eu nuestro
número anterior, para ciertos es
píritus la altura os la ruina; la
mayor de las locuras será poner
zancos al enano, porque ese ena
no se crecerá, se hinchará
Eso sucedió á Bernardo Reyes
. . Se soñó grande, inmenso ....
Los zancos trastornaron su core
bro, se enloqueció y él mismo se
dió muerto. El ordenó á la Le-
gislatura de Nuevo León que do
crotase quo los militares en ser-
vicio activo lo puoden ser Gober
nadores dol Estado, y él quien
onvalontonado por el éxito pres
cribió el retiro forzoso en la mi
licia Fué que se sofló Pre
sidente
La presencia de Reyes en Mon-
terrey es bastante peligrosa. Ese
funcionario ha ordenado á los al
caldos do las municipalidades q'
lo designen para (íobernador del
Estado en la próxima lucha elec
toral, y se.dice que está influyen
do para que la Legislatura dero-
gue el decreto sobre incapacidad
do los militares en servicio acti-
vo para ocupar el puesto de Go-
bernador.
No puede caber duda alguna
acerca de las ambiciones políti
cas de Bernardo Reyes. La afluon
cia de politicastros de Coahuila
on Monterrey da en que pensar,
porque ¿qué aplicación podrá dar-
se á la presencia de esos indivi
dúos en la capital de Muevo León?
Por todos estos datos, el pue-
blo de la República se muestra
inquieto, y si cuando salió Reyes
de lá capital tuvo por acompa-
ñante la ironía de todo un puo-
blo, ahora gracias á las intrigas
del reyismo, esa ironía se está
convirtiendo en espanto y ese es-
panto amenaza tornarse en pá-
nico.
Nosotros damos la voz de alar-
ma para que el pueblo sepa, llo-
gado el caso, sofocar ambiciones
políticas que ocasionarán la rui-
na de la Patria, si no se muestra
pujante y grandiosa la voluntad
nacional.
Esookpión.
De El Hijo de El Ahuizote.
—Recuérdese que está estable-
cido el Dr. Elias lbarra en la Bo-
tica de San Pedro, en cuyo esta-
blecimiento be le puede hablar
de dia ó de noche. Nuevo teléfo
no No. 269.
Invitaciones
y Anuncios de
Non-partisan Ticket.
For Mayor:
Du. l'KKI). TKKUICLL
For City Attorney:
Í IÍANK WASII j.
For Collector: j|y
W. W. ,)<>IINS(:;S
For Assessor:
JOI1N STAPPEMIKCK.
For Auditor:
■ .K'LII'S OPPKMIKIMKIi.
For Treasurer:
(>TT< l M KKltSI i I K1 DT
For Kecorder:
W. (.'. K Ií< >K< '• Kl¡.
For AIdermeii-at-la^gc:
\VAI.T< N l'KTKKT,
SILVA IIKIMAN,
M A liSI I A I.L SV. TKIÍ I! KI,I.
HA lili V <. I N I 11 Ki;
For Ward Aidrnnen
M. .1. Ii. I.AMBKKT,
2(1. A NT< >\ .1. I;I l'PS.
;id. KI I > K I¡ IS(,'11,
41 h. ,1. II. k 11¡K 1' \ l'TKl< k.
.',lh. JOICN T. FKNTIMAN,
01 h. Vi. A. S1IAFKIÍ,
Ttli. 1IK.N WOFFOKD,
*th. KD. D11E1SS.
No todo el pueblo inteligente y
honrado está á favor del Señor
Terrell, poro es un hecho quo la
gran mayoría de ellos lo está y
trabaja activamente en fav.yr d£.
su digno candidato.
El "Big Six" de casi ya perdi-
da memoria, aparece hoy perso
nificado on su buen ./<>/<« Camp-
bell, el triunfo do éste soría la
victoria de aquellos y ludo.s gana-
rían menos San Antonio y su cia-
so obrera.
El "Big Six" y cada uno do e
líos hacía mncho ruido cuando le
concedían el más insignificante
favor á un mexicano, favor que
se hacían pagar demasiado caro,
con vordadora usura. Por aquel
favor, si lo era, eran dueños del
sufragio, el cual manejaban co
mo les convenía sin importarlos
que denigraban una raza que, lle-
vando su agradecimiento—por el
decantado favor al oxeso, no pro
testaba y se dejaba manejar an
tes que pasar por ingratos
* *
Si triunfa—desgraciadamente
Campbell—habrá un Nat, un
Bryan, un José que obtenga un
destinito ó cosa parecida y traba-
jo en lan calles para algunos me-
xicanos más, ¡Ay! ¡cuánta humi-
llación! ¡Cuánto tendrá quede
nigrarse la colonia entera para
pagarles esa representación que
se les conseda! que más bien di-
cho sería: "que se los tira como
la carne al perro."
*
* #
Cuando el "Big Six" estaba en
su apogeo, Callaghan reinaba en
la Casa Blanca, y fuera del cuer-
po de policía no distinguió á nin-
gún mexicano en algún puesto
de responsabilidad.
Cuando el "Big Six" en bendi-
ta hora, fué vencido y el SeBor
Hicks asumió el poder, mexica-
nos hubo no sólo policías y en
mayor número, sino también en
algunas oficinas de la Adminis-
tración y, sin embargo hay quien
se preste & ayudar á que aquellos
tiempos vuelvan.
Terrell, oomo el Sr. Hicks, oo
mo casi todos los Mayores
ni un Callaghan, ni mucho mé-
nos un Campbell, sofiaron en dar
al César lo que es del César.
•
* *
El partido hoy Campbell antes
"Big Six" es la causa de que en
materia de elecciones ae.J'Qnj
una opinión tan denigrante de
los mexicanos y, lo que da espas-
mos es que pregonen á voz en
cuello que son los bienhechores
de la colonia y que por lo mismo
ésta les debe estar muy agrade-
cida.
¡Oué cinismo! Más; lo que da
vergüenza, os que haya aún mu-
chos de entro nosotros que el lá-
tigo de sus armas y capataces po-
líticos, no les haya hecho levan-
tar la cabeza y pensar que son
ciudadanos libres.
• nuo el Sr. Lie Car-
que ^ .exicanos
Si es ver¿
ter ha dicho
son un hatajoiUVfiií&aQL^rantes, se
puede asegurar que esa idea la
tomó el Sr, Cárter de Campbell y
compunía quienes aseguran cono-
cernos bien. Ignorantes nos han
llamado porque hemos sido de-
masiado consecuentes con ellos.
Si esto es ignorancia ¿qué cosa
es abusar de la consecuencia ex-
cesiva de un buen amigo?—,Es
una infamia.
Campbell y Compañía abusa-
ron i^9^?5tiddd de los "'P'Bft
ños y por oso les llaman ignoran-
tes y todavía quieren ¡Je-
sús qué hombres!
Sr. Cárter si por algún motivo
quiere V. conocernos busque V.
otros autores y aprenderá que
somos buenos amigos y que qui-
zá por demasiado buenos raya-
mos en ignorantes; pero jamás
envilecidos.
•
Terrell Nuestro Próximo Mayor.
Uno de los motivos que nos ha- c
cen tener fé on ¡a victoria del Sr.
Terroll es el órden, armonía y
entusiasmo que reinó en lainmen
sa asamblea (casi 2,000 personas)
que se reunió el 21 del presente
en el Grand Opera Ilouse. Con
una vordadGra ovación fuó reci-
bido el Sr. Terrell quien manifes-
tó su agradecimiento por haber
sido postulado Mayor de esta ciu-
dad.
*
* *
En cada una de sus palabras
revela ol Sr. Terrell, modestia,
probidad y aquella dote misterio-
sa, por lo inexplicable, con que
la naturaleza distingue para el
bien y progreso de los pueblos, á
los hombres de gobierno.
•
« *
El triunfo de la candidatura
del Sr. Terrell inaugurará una
era de trabajo, prosperidad, de
progreso para San Antonio.
#
«
Para Mayor de la ciudad se ne-
cesita un hombre ilustrado, pro.
gresista y que comprenda los a-
suntos públicos y las necesida-
des del pueblo. Y estas cualida-
des las tiene todaB el Dr. Terrell,
actual y futuro Mayor de San
Antonio.
« «
El Sr. Campbell, para Inspec-
tor de pieles ó para el empleo de
Sheriff puede triunfar y puede
desempeñar A satisfacción. Pero
para Mayor, no pega.
Todo ciudadano que
progreso de esta ciudad, aaic
mo saborear loe ffut
administración Bibia
debe trabajar sin (
, y mejor tratado, a
Hl
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Cruz, Pablo. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 16, No. 700, Ed. 1 Thursday, January 29, 1903, newspaper, January 29, 1903; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth193203/m1/1/: accessed April 23, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.